El molino de Thea es uno de esos pequeños lugares que deslumbran por la grandeza de sus atractivos.
Se ubica a 1 kilómetro de Villa Giardino, siguiendo un camino de tierra que desemboca en el río Grande del Valle de Punilla.
Para llegar hay que seguir un camino de tierra angosto señalizado que utilizan los lugareños por lo que se recomienda transitar con precaución, respetando el paso de los peatones.
La senda termina en un vado y en una construcción privada cuyo ingreso ostenta un mirador de piedra conocido como el molino de Thea, en honor a su constructor Miguel Thea, un ingeniero italiano que habitó el lugar a fines del siglo XIX.
Cómo llegar al Molino de Thea
El mirador se instaló sobre la base de piedra de un viejo molino desde donde se puede contemplar un bosque de eucaliptos que sirve de refugio a una creciente bandada de loros.
Si bien es cierto que el acceso al mirador está prohibido, es posible apreciar su magistral belleza desde la vera del río.
Además de apreciar los detalles de arquitectura, las personas que visitan el lugar pueden disfrutar los atractivos de la zona.
Para empezar, es un lugar que invita al descanso por lo que suelen elegirlo quienes practican yoga, meditan o simplemente desean conectarse con los sonidos de la naturaleza mientras toman un buen mate.
Si lo tuyo son las caminatas, el sendero disponible para recorrer es corto pero sumamente gratificante.
Sobre los márgenes del río existen piedras a manera de sillas que permiten disfrutar del sol y del relajante murmullo del agua.
Si deseas tomar la típica postal del molino de Thea, es necesario cruzar un vado que conduce a la base rocosa del mismo.
Quienes planean pasar un día de campo deben llevar comida y bebida suficiente ya que no existen provedurías en el lugar.
También se recomienda recoger todo tipo de basura y respetar el mediambiente, evitando la caza de animales y la pesca. Dado que la zona es suceptible a los incendios, se encuentran prohibidas las fogatas.
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